Córdoba cristiana
Tras la conquista cristiana, Córdoba es vaciada de musulmanes y ocupada por repobladores castellano- leoneses, que participan en el reparto de tierras. Entre estos nuevos pobladores destacan los nobles -generalmente hidalgos segundones- que a cambio de defender la frágil frontera con el vecino reino nazarí de Granada, acumulan poder y fortuna y detentan los primeros señoríos otorgados por Fernando III. Entre aquellos linajes destacan los Fernández de Córdoba, descendientes del adalid Domingo Muñoz, uno de los participantes en la conquista de la ciudad. En contraste con pasados siglos de esplendor, la Córdoba bajomedieval pierde protagonismo histórico y es, a menudo, escenario de luchas intestinas que mantienen los nobles para apoyar enfrentadas rivalidades dinásticas y defender o ampliar sus privilegios. Así, en la guerra civil que entre 1366 y 1369 enfrentó a los partidarios de Pedro I el Cruel y su hermano bastardo Enrique de Trastámara, el apoyo de Córdoba a este último le costó duras represalias de Pedro I, hasta ser derrotado en la batalla del Campo de la Verdad, a las puertas de la ciudad, lo que impidió que tomara Córdoba.La inmensa mayoría de los habitantes de la Córdoba del siglo XIII y su reino son campesinos que trabajan en los grandes cortijos de la nobleza y de la burguesía. Al lado de la masa rural encontramos otro sector que se dedica a tareas no agrícolas. Son los innumerables menestrales de medios urbanos, los herreros, albañiles, carpinteros, odreros, armeros, silleros, caleros, canteros, etc.
La historia de este incontable grupo humano la hemos podido seguir en uno de sus aspectos más dolorosos. Porque, tras el optimismo de las conquistas del siglo XIII y de la participación en pequeña escala en los repartimientos, es un pueblo cuyo oficio durante casi toda la Baja Edad Media será sufrir. Sufrir epidemias, carestías, alza de precios, hambres. Su liberación será la muerte. Grandes crisis atacaron al pueblo de Córdoba siendo la primera la Peste Negra en 1349 seguida de otra entre los años 1363-64. Son años de una extensa mortandad y una inmensa carestía de dinero. Así, el pueblo llega a finales del siglo de las calamidades diezmado, famélico y físicamente deshecho.
En el siglo XV, con la llegada de los Reyes Católicos a Córdoba, para emprender de modo definitivo la guerra con el Reino de Granada, Córdoba se convierte en cuartel general de las tropas y recupera algo se su esplendor. En aquellos años se construyen edificios de inestimable valor, en el arte gótico-mudéjar , por los famosos Gonzalo Rodríguez Sangrelinda y sus sucesores los Hernán Ruiz, todos naturales y vecinos de Córdoba. Trabajan en el coro de Iñigo Manrique en la Catedral, en el Alcázar de los Reyes Cristianos, Calahorra, Castillo de Almodóvar, conventos de Santa Marta, Santa María de Gracia y Capilla Mayor de la Catedral. También fueron notables los plateros cordobeses, como el joyero árabe Mulí, que hizo numerosas joyas a los Reyes. Se desplazaron a Córdoba numerosos artesanos no sólo españoles sino de otros países, unos dedicados a la construcción de barcos a orillas del Guadalquivir. En la Huerta del Maimón se establecieron hornos de fundición de hierro para la construcción de cañones por maestros italianos y alemanes. Se restauran los molinos del Guadalquivir y se construyen otros nuevos por la enorme demanda de harina para el Ejercito. Aumenta notablemente la población en la ciudad y los arrabales; se aderezan viejos mesones y se construyen otros nuevos. Los baños públicos toman un incremento notable. La gente se divierte en espectáculos públicos: en la Bufonería en la calle Blanco Belmonte; en el Teatro en la calle Jerónimo Páez. Escritores y vendedores de libros, entre ellos Cristóbal Colón. Juegos de "pelota", de "sortija", carreras pedestres, corridas de toros en la Corredera o los Alcázares Reales.
Durante la estancia de los Reyes Cristianos en Córdoba, nace su hija doña María, el 28 de junio de 1482, la que había de ser reina de Portugal fue bautizada en la Iglesia Catedral.
Estando los Reyes Católicos en Córdoba, recibieron por primera vez, el 20 de enero de 1486 a Cristóbal Colón; no quedando satisfechos, se estudian sus proyectos, que se consideran como quiméricos. En esta ciudad Colón conoció a Beatriz Enríquez de Arana, con la que entabló relaciones y tuvo a su hijo Fernando. Beatriz vivía con su tío Rodrigo Enríquez de Arana, en la calle Gilete (Juan de Mena), donde también habitaba un hijo de éste, llamado Diego de Arana, que prestó a Cristóbal Colón 50.000 maravedíes para ayuda del viaje a Indias.
Terminada la guerra con los moros, con la entrega de Granada el 2 de Enero de 1492, Los Reyes Católicos dirigen sus pasos hacia los judíos y se acuerda su expulsión. Córdoba perdió su importancia comercial, industrial y agrícola y muchos de sus habitantes se fueron a América y a Sevilla, donde de habían desplazado los grandes negocios.
Bibliografía. Fco. Solano Márquez Cruz. Itinerarios por la ciudad. Vive y descubre Córdoba. Editorial Everest S.A 2000:Manuel Ocaña Jiménez. Córdoba Musulmana Editorial Everest S.A. 1975: José María Ortiz Juárez. La Córdoba de los Austrias. Editorial Everest S.A. 1975: Juan Gómez Crespo. Córdoba Moderna y Contemporánea. Editorial Everest S.A. 1975: Córdoba recuperada. Edit. El Día de Córdoba
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